domingo, 10 de abril de 2011

Resumen y glosario de MARX

MARX (1818-1883)



Karl Marx nace Tréveris, Alemania, en 1818. Estudió Derecho en Berlín. Después de doctorarse, se dedica al periodismo y a la política, Conoce a Engels en 1844, quien fue su amigo y colaborador durante toda su vida. Participa en la Primera Internacional de los Trabajadores (1864). Debido a su actividad revolucionaria fue expulsado de Alemania, Francia y Bélgica. Por fin se establece en Londres donde muere en el año 1883. Entre sus obras principales destacan los Manuscritos económicos y filosóficos y la Crítica a la filosofía del Derecho de Hegel; en colaboración con Engels: La ideología alemana, el Manifiesto comunista y El capital.



Las fuentes de Marx fueron el pensamiento hegeliano, los hegelianos de izquierda, la economía política inglesa y el socialismo utópico. Contra ellos fue extremadamente crítico, pues consideró la filosofía como un medio para transformar el mundo, y siempre en relación con el Derecho, la Economía y la Política. Parece que pasó por una primera etapa más bien humanista, y otra segunda más madura y cientifista, el materialismo histórico.



1. EL PUNTO DE PARTIDA: El humanismo marxista-Antropología



La condición natural del ser humano: el trabajo como cuestión esencial



El pensamiento de Marx se origina a partir de una actitud crítica con una realidad asentada en un sistema económico (capitalismo industrial), político (liberalismo) y social (bipolaridad burguesía-proletariado) que a mediados del siglo XIX se está consolidando.



La reflexión teórica en esta primera etapa de la evolución de su filosofía supone un enfrentamiento con la filosofía idealista en general (crítica a la metafísica tradicional), y la hegeliana en particular, que considera el Estado liberal como el garante de la libertad humana y el progreso. Marx piensa que Hegel ha olvidado al hombre real, concreto, para especular sobre una abstracción (el sujeto, el espíritu o la idea) que poco tiene que ver con lo real existente. Para Hegel la historia avanza racionalmente, y cada momento presente supone la superación dialéctica del momento anterior. Marx admite esta lógica dialéctica, pero desde una concepción materialista de la historia. El motor de los cambios en la historia es el ser humano, por lo que debe partirse de un análisis concreto de lo que el hombre es, de sus condiciones materiales de existencia.



Para Marx, el hombre real es un ser con necesidades, siendo las primarias aquellas que se refieren a su propia supervivencia, como son alimentarse o vestirse. Se descubre entonces como «sujeto» frente al «objeto» que es la naturaleza, y como sujeto posee unas fuerzas vitales que puede utilizar para apropiarse de lo que necesita para vivir. La actividad encaminada a solucionar sus necesidades usando y transformando lo que hay (la naturaleza) es el trabajo o actividad productiva. Y esta actividad es la primera y más importante, aunque no la única. Para entender lo que el hombre es, deberán analizarse las condiciones en las que se desarrolla su actividad esencial: el trabajo.



La naturaleza social del hombre



La condición natural del ser humano es a la vez una condición social. De su condición de ser pasivo con necesidades surge necesariamente su ser comunitario. No existe el hombre solo, aislado en la naturaleza. Nace entre otros seres humanos y se relaciona con ellos. La presencia de otros individuos en el mismo contexto natural impone analizar las relaciones sociales que se establecen entre ellos. Esto significa que conocer al hombre supone tener que conocer la sociedad en la que se desarrolla. Puede decirse, entonces, que lo que determina el ser del hombre en cada momento histórico proviene de analizar cómo se realiza esta doble relación:



1) La actividad productiva que relaciona al hombre con la naturaleza a través del trabajo.


2) La actividad social que explica cómo se relaciona con los otros hombres.



La historia demuestra que tanto la producción de los medios de subsistencia como las relaciones sociales en las que se lleva a cabo dicha producción han sido diferentes en los distintos grupos humanos y han ido cambiando a través del tiempo. En el seno de la sociedad capitalista, el hombre es, sobre todo, un ser económico, un ser «mercancía».



2. EPISTEMOLOGÍA: La filosofía como praxis revolucionaria



Para Marx, la filosofía idealista justifica los fundamentos de la economía capitalista al aceptar complacientemente esa concepción positivista del hombre. Por eso, la acusa de ser ideología o falsa conciencia. La filosofía juega un papel fundamental pues no debe quedarse en mera teoría especulativa, debe pasar a la acción, praxis y transformar la realidad para humanizarla.



Cuando Marx denuncia la filosofía idealista de Hegel, o la de sus seguidores de la izquierda hegeliana, lo hace porque sus especulaciones se quedan en la simple teoría. Se ocupan de comprender lo sucedido en la historia y de situarlo en una lógica que se presenta como necesaria y racional. Marx condena esa pasiva autocomplacencia idealista insensible con el hombre real existente. La relación con el mundo no es meramente teórica sino también práctica.



El filósofo no puede ni debe permanecer pasivo. Ese es el sentido de la famosa undécima tesis sobre Feuerbach: «Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo». Se trata de transformar el mundo porque la realidad presente es injusta. Marx no puede estar de acuerdo con la máxima hegeliana que dice que «todo lo real es racional», ya que no es racional que las condiciones de vida de la mayor parte de los hombres supongan un extrañamiento de su propia naturaleza humana. La sociedad burguesa capitalista aliena al trabajador, lo cosifica al tratarlo como un objeto más. Marx propugna la acción revolucionaria para acabar con la alienación del ser humano.



La alienación que sufre el hombre es el resultado de la confluencia de:



1) Una filosofía cómplice con la injusticia (el idealismo como ideología): alienación filosófica.


2) Una metafísica religiosa puesta al servicio del poder (el cristianismo): alienación religiosa.


3) Una instrumentalización interesada de las leyes y la política (el Estado liberal): alienación jurídico-política.


4) Un sistema económico que aprueba la desigualdad humana (el capitalismo): alienación socio-económica.



De todas las alienaciones que sufre el ser humano, la más determinante es la socio-económica que produce el capitalismo. El trabajador asalariado pierde su esencia humana porque:



1) Su actividad es considerada una mercancía más propiedad del capitalista.


2) Lo que produce lo empobrece más y, a la vez, enriquece al empresario.


3) Su forma de trabajar deja de ser creativa para ser deshumanizadora y esclavizante.


4) Se convierte en un ser absolutamente dependiente de su trabajo.



Contra todo ello se debe luchar. Marx se propone unir teoría y praxis para construir verdaderamente un mundo racional. Ese es el sentido de su pensamiento y de su obra. Ese es el objetivo del materialismo histórico.



3. UNA TEORÍA GENERAL SOBRE LA REALIDAD: El materialismo histórico



Como acabamos de ver, el objetivo de Marx es transformar radicalmente la sociedad a través de la praxis revolucionaria. Para conseguirlo, es necesario previamente analizar la propia realidad que se quiere cambiar. Esto supone estudiar lo real concreto, su estructura y su dinamismo, siempre dialéctico.



Composición y dinamismo de las formaciones económico-sociales



Marx parte de la idea de que las sociedades humanas han atravesado a lo largo de la historia por diferentes estadios de desarrollo. Denomina «formación económico-social» a cada sociedad concreta en un momento determinado de su desarrollo histórico.



Composición de la sociedad



Toda formación económico-social está compuesta de dos elementos:



1) La Base económica o modo de producción (infraestructura) es la síntesis resultante de la relación entre las fuerzas productivas de la sociedad y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas son los elementos humanos o materiales (máquinas, herramientas, etc.) que intervienen en el proceso de la producción, siendo el más importante el trabajador. Las relaciones de producción son las condiciones económicas que establecen los hombres en el proceso de producción (propiedad, distribución, comercio y consumo) y son diferentes de una época a otra.


2) La Superestructura ideológica se compone del resto de elementos no económicos que se dan en cualquier formación social: política, derecho, moral, religión, filosofía y arte, que se concretan en ideas e instituciones (Estado, parlamento, partidos políticos, iglesias, organizaciones educativas, etc.). Toda la superestructura ideológica conforma la «conciencia social».



La estructura económica de la sociedad condiciona la superestructura ideológica que se levanta sobre ella. Las ideas dominantes son las ideas de la clase económica dominante. Si cambia la base económica, cambian también las ideas erigidas sobre ella.



Dinamismo de la sociedad



Las relaciones de producción tienden a ser estáticas, mientras que las fuerzas productivas son dinámicas, por lo que las relaciones de producción, de formas de desarrollo de las fuerzas productivas, acabarán convirtiéndose en obstáculos para estas. Esta es la explicación del cambio social: cuando esta situación se produce es necesaria una «revolución social». La revolución social no se produce hasta que no se han desarrollado completamente las fuerzas productivas. No se realiza mecánicamente, si no que precisa de unas condiciones objetivas en la coyuntura nacional e internacional y unas condiciones subjetivas, consistentes en que la clase revolucionaria posea la capacidad de cambiar la situación existente.



La dialéctica de la historia: las clases sociales



Al igual que Hegel, Marx concibe la historia como un escenario dinámico en el que el devenir de la realidad sucede de forma dialéctica. Pero, para Marx, el cambio histórico se genera en la estructura económica de la sociedad y se produce a partir de las contradicciones que se localizan en el seno del modo de producción de la formación social. Es la materia, y no las ideas, el factor determinante del cambio. Marx aplicó este análisis materialista y dialéctico de la historia, y constató la existencia de cuatro etapas de desarrollo en la formación económica de la sociedad: el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. De todos ellos, el que interesa estudiar es el modo de producción burgués capitalista.



El análisis dialéctico de lo real se percibe en la propia estructura de la sociedad burguesa, que está formada por dos clases sociales con intereses contrapuestos: la burguesía y el proletariado. Marx entiende por clase social una agrupación humana que posee unas condiciones específicas con relación a la propiedad de los medios de producción. En el capitalismo, los propietarios de estos medios son los burgueses, y los no propietarios son los proletarios, dueños solo de la fuerza de su trabajo que deberán vender como fuerza productiva. Pero estas clases antagónicas no existen de forma objetiva al margen de la historia. Los seres humanos viven insertos en una determinada sociedad. No son conscientes de pertenecer a una clase concreta, son «clase en sí». Las condiciones materiales de su existencia son las que, en un determinado momento, llevarán a unos y a otros a identificarse entre sí y frente a los demás. En el modo de producción capitalista, la explotación de unos por otros acabará conformando la conciencia de clase, «clase para sí», que será el punto de partida de la ineludible «lucha de clases».



La «lucha de clases» y la revolución social



La originalidad de la reflexión de Marx sobre la dialéctica de la historia consiste en localizar en su base económica la explicación de los cambios en la sociedad. La defensa de la tesis de que las ideas cambian si cambian las condiciones materiales de la existencia de los hombres llevó a Marx a buscar cuándo se produjeron esos momentos críticos en la historia. La sociedad liberal burguesa, en particular, con su constante desarrollo económico, genera las causas que provocarán su destrucción. La progresiva acumulación de capital en manos de cada vez menos capitalistas supone que el número de proletarios aumente. Más mercancías en el mercado y más potenciales consumidores pobres generan necesariamente crisis de superproducción. Para paliarlas, los capitalistas toman medidas que acaban entorpeciendo el desarrollo de las fuerzas productivas. Según Marx, la revolución social es inevitable. Se impone la toma violenta del poder político para desmantelar las formas de conciencia social burguesas dominantes y las relaciones de producción existentes basadas en la propiedad privada, que quedará abolida. Con su eliminación desaparecen también las desigualdades de clases. Marx aventura así el «fin de la historia» en un sentido dialéctico materialista.



4. ÉTICAY POLÍTICA: La sociedad comunista



La denuncia marxista de la sociedad capitalista se concreta en que la mayor parte de los hombres sufre una situación de explotación económica que aniquila la propia esencia de su humanidad. La alienación del hombre por el hombre significa la expropiación del valor humano por excelencia, que es la libertad. Por extensión, si unos pocos enajenan la libertad de los muchos, el resultado es la desigualdad de los hombres, y la igualdad es el segundo gran valor que conculca la sociedad capitalista. Frente a esta injusticia institucionalizada y justificada por la ideología, Marx propone la praxis revolucionaria. La moral marxista exige luchar para lograr la emancipación del hombre, su libertad, y abolir las diferencias de clase para alcanzar un mundo de seres humanos iguales. Su pensamiento político es la concreción en la praxis de su ideal moral. El Estado liberal se desentiende del ser humano concreto al no respetar su esencia natural ni su condición social. Aliena al hombre y representa solamente los intereses de un grupo dominante, la clase social burguesa. El Estado liberal declara a los hombres iguales, pero solo en un plano abstracto y no en la práctica, al permitir que la propiedad privada de los medios de producción esté en manos de unos pocos está consintiendo y potenciando la desigualdad. La denuncia marxista, y su propuesta de cambio mediante la praxis revolucionaria, traerá la nueva sociedad comunista:



1) El primer paso será la conquista del poder por el proletariado con el objetivo de expropiar el capital de la burguesía capitalista. Este primer momento será violento por fuerza, pues la clase capitalista utilizará los instrumentos del Estado liberal para defender sus privilegios.


Conseguido el poder, la dictadura del proletariado se hace necesaria para lograr completamente esa expropiación del capital, la abolición de las leyes anteriores, la confiscación de las fortunas burguesas, la socialización de los medios de producción y la imposición de nuevas normas de organización de la vida. Es el Estado socialista.


2) Alcanzado el primer objetivo, se habrá logrado la desaparición de la clase explotadora y, con ello, de los antagonismos, motor de la lucha de clases. El Estado proletario podrá ir perdiendo paulatinamente su carácter político para pasar a ser un Estado administrador de los bienes de la sociedad, un Estado comunista. Esos bienes son los recursos naturales, los medios para su apropiación y el trabajo. El Estado comunista cambiará la lógica económica de la desigualdad retributiva de los trabajos y de la desigual valoración del trabajo manual e intelectual por una lógica distributiva tendente a dar a cada uno «según su capacidad y según sus necesidades



El hombre recuperará su esencia como ser natural activo a través del trabajo no alienado, que le permitirá resolver sus necesidades vitales de forma humanizada y solidaria en la nueva sociedad comunista. Esta situación ideal, utópica para muchos, hizo pensar a Marx que el Estado comunista sería el último en la historia de la humanidad. El comunismo encarna el sentido teleológico de su teoría y su praxis.




Glosario



ALIENACIÓN: conversión en mercancía del trabajador, que no se reconoce en el producto de su trabajo (pertenece a los propietarios de los medios de producción) y lo considera ajeno a él. Esta alienación en el trabajo produce una alienación social y política (división de la sociedad en clases) y religiosa (búsqueda de consuelo en un mundo más allá de este).


ANTÍTESIS: segundo momento de la dialéctica. En la fase actual, se identificará con la dictadura del proletariado.


BURGUESÍA: clase social que ha desempeñado un papel revolucionario en la historia al acabar con la aristocracia y con el sistema feudal e instaurar el régimen de explotación capitalista. Es la clase que en la fase actual tiene la propiedad de los medios de producción.


CAPITAL: conjunto de bienes y dinero que aporta el capitalista y que le convierten en dueño de los medios de producción.


CAPITALISMO: sistema económico (modo de producción) basado en la propiedad privada de los medios de producción.


CLASE SOCIAL: grupo humano unido por su situación común en el proceso de producción.


COMUNISMO: fase final del proceso revolucionario, en que tendrá lugar la sociedad sin clases y la realización del hombre. Es el final de la historia.


CONCIENCIA DE CLASE: conciencia del proletariado de su alienación y de las relaciones antagónicas con la burguesía.


DIALÉCTICA: enfrentamiento y superación de contrarios. Marx considera que la naturaleza (materialismo dialéctico) y la historia (materialismo histórico) son dialécticas.


DICTADURA DEL PROLETARIADO: primera etapa (de transición) del proceso revolucionario, en el que el proletariado se apropiará de los medios de producción.


FORMACIÓN SOCIAL: conjunto de una infraestructura y una superestructura (el Antiguo Régimen, por ejemplo).


FUERZAS PRODUCTIVAS: los elementos que actúan en el proceso de trabajo: fuerza de trabajo (personas) y medios de producción (maquinaria, tierras, tecnología).


IDEOLOGÍA O FALSA CONCIENCIA: conjunto de ideas (morales, religiosas, políticas, etc.) que constituyen una visión deformada de la sociedad que justifica los privilegios de la clase dominante.


IZQUIERDA HEGELIANA: movimiento filosófico que interpreta el pensamiento de Hegel en un sentido inmaterialista y antirreligioso. Utilizan la dialéctica hegeliana para denunciar las contradicciones de la sociedad de su época.


INFRAESTRUCTURA: modo de producción de una sociedad (su estructura económica).


LUCHA DE CLASES: manifestación de la tensión dialéctica entre fuerzas productivas y relaciones de producción en cada fase de la historia. Para Marx, es el motor de la historia.


MATERIALISMO DIALÉCTICO: la materia es lo único real, y esta materia se transforma de acuerdo con unas leyes dialécticas internas: ley de unidad y oposición de contrarios, ley del salto cualitativo, y ley de La negación de la negación. Se opone al idealismo hegeliano y al materialismo mecanicista.


MATERIALISMO HISTÓRICO: interpretación de la historia según la cual la sociedad es el resultado de las leyes dialécticas de la historia, que se expresan en la lucha de clases.


MERCANCÍA: el producto del trabajo del asalariado es una mercancía que genera en el mercado una plusvalía que no revierte en él mismo sino en el capitalista. El trabajador queda convertido en una mercancía.


MODO DE PRODUCCIÓN: conjunto de las relaciones de producción y las fuerzas productivas de un momento histórico determinado. El capitalismo o el feudalismo, por ejemplo, son modos de producción.


PRAXIS: actividad productiva del hombre. La praxis social es la transformación de la realidad social, entendida como puesta en práctica del conocimiento teórico sobre la sociedad. Se identifica con la revolución.


PLUSVALÍA: beneficio que el producto del trabajo del asalariado genera en el mercado y que se queda en las manos del capitalista sin retornar al trabajador.


RELACIONES DE PRODUCCIÓN: relaciones que establecen los hombres entre sí y que incluyen las relaciones de propiedad de los medios de trabajo.


REVOLUCIÓN DEL PROLETARIADO: proceso en el que desembocará inevitablemente La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía.


SÍNTESIS: tercer momento de la dialéctica. En la fase actual, la síntesis se producirá con la llegada del comunismo.


SOCIEDAD SIN CLASES: es el comunismo, la última fase de la historia, que camina hacia una sociedad sin clases por sus propias leyes dialécticas internas.


SOCIALISMO: segunda etapa del proceso revolucionario, en la que desaparecerán las clases y la propiedad privada.


SUPERESTRUCTURA: ideología de una sociedad, que se materializa en sus instituciones y que está determinada por la infraestructura económica.


TESIS: primer momento de la dialéctica. En la fase actual de la historia, se identifica con el modo de producción capitalista.


TRABAJO: constituye la esencia del hombre, entendido como actividad productiva o praxis. Es la praxis lo que le distingue de los animales y lo que configura su relación con el mundo y con los otros hombres.


VALOR DE USO: utilidad de una mercancía para satisfacer una necesidad. No se mide en dinero.


VALOR DE CAMBIO: el valor de cambio real de un objeto depende del tiempo de trabajo necesario para producirlo y de la oferta y la demanda.


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